Confían en que las cosas mejoren en el periodo navideño. ir a: www.primerahora.com
La crisis económica y los aumentos en las tarifas de agua y luz sumado a la cantidad de puertorriqueños que han salido del país ha provocado que la salud financiera de los moteles afronte uno de sus peores momentos.
Aunque con la llegada de los aires navideños que ya parecen soplar en el ambiente los dueños de moteles confían en que las finanzas mejoren un poco, la realidad es que este tipo de negocio ha recibido su agüita en el temporal económico.
Aun cuando sería un atractivo una disminución en las tarifas, el presidente de la Asociación de Moteles, Jack Ruiz, dijo que el costo de mantener una cabaña de motel no permite hacer un ajuste así.
“Si tú sacas cuenta en cuánto te sale una habitación en agua, luz y mantenimiento completo y comienzas a bajar precio, no te da”, indicó el dueño del Western, en Moca. “Eso lo que conlleva es menos ganancia”.
En el caso de la zona oeste, el cierre de múltiples fábricas dejó sin trabajo a los posibles clientes de moteles.
“Todas las fábricas de Moca se fueron, en Añasco quedan pocas, en Isabela se fueron, de Las Marías se fueron, de Rincón se fueron. Eso afecta grandemente, y así en toda la Isla. El país empobreció a las millas”, analizó el empresario con tres décadas de experiencia en el negocio de moteles.
Otra circunstancia que parece graciosa pero es otra de las realidades es que la emigración principalmente de gente joven ha dejado en el país al segmento de la población que no patrocina mucho este tipo de servicio. “Dependemos mayormente de la juventud porque la persona mayor no responde mucho. Dependemos de la juventud y de que trabaje pero como no hay trabajo”, observó Ruiz.
Según el empresario, en verano y en Navidad el negocio mejora con las visitas de puertorriqueños que viven en Estados Unidos, por lo que “esperamos en Dios” que mejore.
“Ya no es como antes. En navidades la gente cogía los bonos...”, indicó, nostálgico de viejos tiempos. “Conozco compañeros que se van en blanco toda la noche”.
Aunque con la llegada de los aires navideños que ya parecen soplar en el ambiente los dueños de moteles confían en que las finanzas mejoren un poco, la realidad es que este tipo de negocio ha recibido su agüita en el temporal económico.
Aun cuando sería un atractivo una disminución en las tarifas, el presidente de la Asociación de Moteles, Jack Ruiz, dijo que el costo de mantener una cabaña de motel no permite hacer un ajuste así.
“Si tú sacas cuenta en cuánto te sale una habitación en agua, luz y mantenimiento completo y comienzas a bajar precio, no te da”, indicó el dueño del Western, en Moca. “Eso lo que conlleva es menos ganancia”.
En el caso de la zona oeste, el cierre de múltiples fábricas dejó sin trabajo a los posibles clientes de moteles.
“Todas las fábricas de Moca se fueron, en Añasco quedan pocas, en Isabela se fueron, de Las Marías se fueron, de Rincón se fueron. Eso afecta grandemente, y así en toda la Isla. El país empobreció a las millas”, analizó el empresario con tres décadas de experiencia en el negocio de moteles.
Otra circunstancia que parece graciosa pero es otra de las realidades es que la emigración principalmente de gente joven ha dejado en el país al segmento de la población que no patrocina mucho este tipo de servicio. “Dependemos mayormente de la juventud porque la persona mayor no responde mucho. Dependemos de la juventud y de que trabaje pero como no hay trabajo”, observó Ruiz.
Según el empresario, en verano y en Navidad el negocio mejora con las visitas de puertorriqueños que viven en Estados Unidos, por lo que “esperamos en Dios” que mejore.
“Ya no es como antes. En navidades la gente cogía los bonos...”, indicó, nostálgico de viejos tiempos. “Conozco compañeros que se van en blanco toda la noche”.
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