El Departamento de Estado de EE.UU. anunció hoy una recompensa de hasta 5 millones de dólares por información que lleve al arresto o condena del narcotraficante Rafael Caro Quintero, acusado del asesinato, secuestro y tortura del agente antidrogas estadounidense Enrique "Kiki" Camarena en 1985.
La acción se enmarca dentro del Programa de Recompensas por Narcóticos del Departamento de Estado, que incluye a otros 16 sospechosos mexicanos de crímenes relacionados con el narcotráfico.
"Caro Quintero está acusado por la Oficina del fiscal general para el Distrito Central de California de numerosos cargos de delitos federales y se le considera un fugitivo de la justicia", indicó el Departamento de Estado en un comunicado.
El narcotraficante, uno de los más importantes de México en los años ochenta, había cumplido 28 de los 40 años a los que estaba condenado cuando fue excarcelado el pasado agosto, luego de que un fallo judicial desechara varias causas en su contra, una de ellas por el asesinato de Camarena.
Ese mismo mes, la Fiscalía general de México interpuso ante la Corte Suprema del país un recurso de revisión con el fin de revertir la sentencia que permitió la liberación del narcotraficante, mientras que un juez mexicano emitió una orden de arresto provisional en su contra con fines de extradición a EE.UU.
El fiscal general de México, Jesús Murillo, declaró entonces que el capo no podía ser extraditado a Estados Unidos por el homicidio de Camarena, sino por una causa distinta, ya que en el pasado hubo dos peticiones de extradición por el asesinato del agente que fueron desestimadas por la Corte Suprema.
La Corte Suprema consideró entonces que existía el riesgo de que el capo fuera condenado en EE.UU. a la pena de muerte o a cadena perpetua, castigos que no están previstos en la legislación mexicana.
La acción se enmarca dentro del Programa de Recompensas por Narcóticos del Departamento de Estado, que incluye a otros 16 sospechosos mexicanos de crímenes relacionados con el narcotráfico.
"Caro Quintero está acusado por la Oficina del fiscal general para el Distrito Central de California de numerosos cargos de delitos federales y se le considera un fugitivo de la justicia", indicó el Departamento de Estado en un comunicado.
El narcotraficante, uno de los más importantes de México en los años ochenta, había cumplido 28 de los 40 años a los que estaba condenado cuando fue excarcelado el pasado agosto, luego de que un fallo judicial desechara varias causas en su contra, una de ellas por el asesinato de Camarena.
Ese mismo mes, la Fiscalía general de México interpuso ante la Corte Suprema del país un recurso de revisión con el fin de revertir la sentencia que permitió la liberación del narcotraficante, mientras que un juez mexicano emitió una orden de arresto provisional en su contra con fines de extradición a EE.UU.
El fiscal general de México, Jesús Murillo, declaró entonces que el capo no podía ser extraditado a Estados Unidos por el homicidio de Camarena, sino por una causa distinta, ya que en el pasado hubo dos peticiones de extradición por el asesinato del agente que fueron desestimadas por la Corte Suprema.
La Corte Suprema consideró entonces que existía el riesgo de que el capo fuera condenado en EE.UU. a la pena de muerte o a cadena perpetua, castigos que no están previstos en la legislación mexicana.
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