SAN LUIS -- Parecía que todo mundo se preguntaba cómo lidiaría Yasiel Puig con el estrés y el escrutinio del béisbol de postemporada. ¿Mostraría la madurez apropiada, jugaría bajo control y respetaría los fundamentos del deporte?
Como resultó, todos los observadores devotos del decoro beisbolero no tuvieron nada para quejarse. Él está conectando con su cut-off, generalmente tomando rutas aceptables. Cuando de hecho se embasaba, iba a la segura. Conciencia de sí mismo y control no habían sido los problemas.
Puig sabe exactamente lo que está ocurriendo. Él simplemente no puede hacer nada al respecto.
"Ellos tienen pitchers realmente buenos, que están realizando sus lanzamientos, y un receptor que sabe lo que hace, y ahora, ellos son los que están ejecutando", dijo Puig luego de la derrota por 1-0 en el Juego 2.
La pregunta, extrañamente, es: ¿podrá el encender de nuevo su talento en lugar de reducir sus emociones? El mánager de los Dodgers, Don Mattingly, sin querer le puso el apodo adecuado a Puig durante el entrenamiento primaveral, cuando dijo que el voluble jardinero jugaba como un "caballo salvaje". La parte salvaje no ha sido un problema en esta Serie de Campeonato de la Liga Nacional, ¿pero qué pasó con el caballo?
Los Cardenales de San Luis parecen haber encontrado un torrente interminable de pitchers que lanzan a 95 millas o más, y con una colocación confiable y lanzamientos secundarios lucrativos. En otras palabras, los Dodgers no deben de ser culpados totalmente por caer en este hoyo 0-2 en la serie. Pero con Hanley Ramírez lidiando con una dolorosa lesión en las costillas que podría dejarlo fuera durante un buen tramo si no es que durante el resto de la postemporada, y Andre Ethier también enfrentando una lesión en el tobillo izquierdo, es un momento arriesgado para que Puig desaparezca.
El jugador más visible del béisbol hace algunos meses no pudo ser encontrado en ninguna parte durante estos partidos. Puig se ponchó cuatro veces el sábado. En la serie, va de 10-0 con seis ponches.
Ramírez y Puig fueron los pistones que hicieron que los Dodgers se movieran de nuevo en junio. Puig llegó de la sucursal Doble-A en Chattanooga, y Ramírez volvió de la lista de lesionados. Ahora, parece que a los Dodgers les falta una bujía, con su destino siendo un reflejo de sus dos poderosos bateadores derechos.
Ellos han anotado dos carreras en los primeros 22 innings de la serie, y desperdiciaron actuaciones magistrales de sus dos ases, Clayton Kershaw y Zack Greinke, que de manera conjunta han permitido solamente dos carreras en 14 entradas, mientras han ponchado a 15 bateadores.
No actuemos como si los equipos lidiaran con lesiones comparables. Sí, los Cardenales están sin Allen Craig y no han tenido a Rafael Furcal en todo el año, pero los Dodgers perdieron a Matt Kemp en el último juego de la campaña regular y ahora enfrentan la posibilidad de jugar sin Ramírez, el mejor bateador en el planeta esta temporada que no se llama Miguel Cabrera.
"Cada vez que él está en la alineación, probablemente es el mejor hombre en el campo", dijo Kershaw, "No puedes obsesionarte con eso, pero definitivamente no ayuda mucho a nuestras posibilidades".
Los Dodgers se han podido recuperar antes, como podrán recordar. Ellos estaban a 9 juegos y medio del primer lugar el 21 de junio y 12 juegos por debajo de .500, y su mánager estaba posiblemente a dos derrotas de ser despedido, pero lograron una de las rachas más impresionantes en la historia del béisbol, al irse 42-8 hasta finales de agosto.
Quizá se requiera un drama similar en una porción menor, porque la profundidad de la ofensiva está siendo forzada hasta el punto crítico, y las siguientes confrontaciones de pitcheo están lejos de ser favorables. Si Ramírez no juega, y Puig sigue con esta dosis de miseria, los Dodgers pueden ver el final desde aquí, y puede llegar tan repentinamente en los playoffs.
La habilidad analítica del mánager Don Mattingly parece estar en su mejor versión cuando analiza la suerte de un bateador. No deberíamos sorprendernos, ya que él fue uno de los mejores bateadores en los años 80 y un instructor de bateo durante mucho tiempo antes de convertirse en mánager. Lo que él ha visto con Puig es a un bateador joven desconcertado por un buen staff de pitcheo y un receptor veterano, Yadier Molina, que ha mezclado lanzamientos lentos y rectas.
En la sexta entrada, enfrentando al joven lanzallamas Michael Wacha, Puig lució totalmente perdido. Él hizo un swing tan duro en el primer lanzamiento, que se cayó al piso. Hizo un swing tan débil en el último lanzamiento, que sus muñecas nunca rompieron. Él agachó la cabeza y caminó de vuelta a la caseta.
"Yadier está haciendo un buen trabajo al traerlo de un lado a otro", dijo Mattingly. "Pienso que ahí es donde surge la inexperiencia, cómo lidiar con lo que pasa, y lo que espera. Pero con él, en cualquier momento, cualquier swing tiene la oportunidad de empatar el partido, o ser un hit muy grande".
En otras palabras, Mattingly parecía decir que Puig puede hacer que el equipo se derrumbe con él o que puede cambiar la dirección que ha tomado esta serie. Si no es él, ¿quién? Adrián González es un productor estable, pero él recopilaba estadísticas mientras los Dodgers tenían un inicio miserable en abril y mayo. Carl Crawford fue una fuerza dinámica en la Serie Divisional, pero como primer bat, él difícilmente será el candidato principal para rescatar la ofensiva. Sin Ethier y Ramírez, los Dodgers estarán obligados a jugar con dos hombres pequeños, Nick Punto y Skip Schumaker, al mismo tiempo, y eso no es exactamente un panorama intimidante.
Así que, si el dominio de Kershaw y Greinke fue insuficiente, ¿qué más se necesita además de los dos jugadores que cambiaron todo de forma dramática hace cuatro meses? No pueden pedirle a Ramírez que lo haga, si sus costillas están tan lastimadas al punto que no puede hacer un swing con el bat.
"Tenemos suficiente talento para hacerlo", dijo el segunda base Mark Ellis.
Eso quizá sea verdad, pero ciertamente no luce de esa forma ahora que los Dodgers usaron a sus dos brazos principales, y que sus dos armas principales se desactivaron, tanto física como mentalmente.
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