El Real Madrid se impuso al Copenhague en el segundo partido de la Liga de Campeones jugado en el Bernabéu en el que mostró síntomas de mejoría. El rival, débil, ayudaba en el trámite al que se enfrentaba el equipo de Ancelotti pero el Madrid puso de su parte para mejorar el juego y las sensaciones.
Pese a la mejoría, hubo tareas en las que el Real Madrid naufragó y Ancelotti tendrá que seguir trabajando para lograr el punto óptimo de su equipo.
Cambio de dibujo
Anceltti hizo un pequeño retoque en el esquema del equipo. El Real Madrid pasó de un 4-4-2 a un 4-3-3 en el que los jugadores parecían encajar mejor. Illarramendi como único medio centro con dos volantes por delante como Modric y Khedira, formaban la media y arriba Cristiano y Di María pegados a la banda y Benzema como punta.
El equipo se mostró más cómodo, combinó mejor y parecía sentirse mejor bajo este traje aunque para Isco, que ayer salió desde el banquillo, no es el sistema más adecuado.
Cristiano regresa a la izquierda
Cristiano volvió a la banda izquierda. Dentro de la anarquía (bendita) con la que Cristiano se mueve en el campo, al portugués le gusta partir de la banda izquierda para luego acabar en las posiciones de delantero. Los dos goles de ayer los marcó en la posición de '9' pero ni lo es ni le gusta serlo.
Nueva defensa
Varane está recuperado y sobre todo la vuelta de Marcelo le dan un nuevo aire al Real Madrid. El brasileño aporta aire en la banda izquierda y combina bien con Cristiano, que también parte de esa banda con el nuevo dibujo.
Se trata del defensa más ofensivo del Real Madrid y pese a estar recuperándose de la lesión, aporta nuevas posibilidades al ataque blanco, en ocasiones atascado ante defensas cerradas.
Gran momento de Di María
El argentino se encuentra en plenas condiciones y es de los jugadores más en forma de la plantilla. El argentino parece ofrecer su mejor versión cuantas más dificultades se le presentan y ayer fue el mejor del equipo. Marcó dos goles, dio otro de rabona y se sacrificó en defensa ayudando a Carvajal en esas labores.
Di María ocupa por el momento el puesto que estaría destinado a Bale y si continúa en este estado de forma, Ancelotti lo tendrá complicado para hacer con un hueco al galés.
Falta de intensidad
El equipo juego a bajo ritmo... Los jugadores parecen guardar un par de marchas para el momento en el que sea necesario, con el riesgo de que cuando se necesiten sea emasiado tarde. Desde que el Real Madrid marcó el primer gol en el minuto 21 hasta el 65 en el que llegó el segundo el equipo siesteó en lugar de ampliar el resultado.
La presión no funciona
Comenzando por el '9', los tres de arriba no presionan y la salida de balón del rival es muy sencilla. Superada la primera línea, al Copenhague le faltó calidad y aire para continuar los ataques pero lo hubiera tenido fácil porque el equipo blanco estaba partido en dos.
Problemas a balón parado
El equipo blanco no defiende bien estas acciones. Las tres manos mágicas de Casillas vienen en acciones a balón parado en las que el equipo no sabe despejar y se conceden muchas oportunidades al rival. Pepe y Varane, expertos en el juego aéreo, no consiguen que la defensa defienda bien este tipo de acciones, y es un acto recurrente en las últimas temporadas.
Más cantera
Pese al anuncio de la importancia de la cantera esta temporada, solo Carvajal parece que tendrá minutos con asiduidad. Ayer, Morata, tras el malentendido sobre su no convocatoria jugó 16 minutos mientras que Jesé jugó 10. Ancelotti está rotando poco en el tridente ofensivo y ahí es donde los canteranos esperaban tener sus oportunidades.
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