OPINION: La Jornada Nacional de la Diáspora


POR EDWIN PARAISON 
Para ECOS DEL SUR.

Haití es hasta ahora el único país que dedica un día del calendario de festividades nacionales a su diáspora. Desde el  2011 por decreto presidencial el 20 de abril es la Jornada Nacional de la Diáspora (JND).

La fecha corresponde a la manifestación no política más importante realizada por miembros de la diáspora en el año 1980 en Nueva York. Con una participación  estimada a más de 120,000 personas, la misma fue una repuesta colectiva, con el respaldo de otros grupos étnicos, a la estigmatización relacionada con el VIH-SIDA.

A través de la JND, se busca entre otros, rescatar a favor de la reconstrucción y la refundación de Haití,  la unidad inter-haitiana que permitió  en  aquella  ocasión, más que la representación diplomática, una efectiva defensa de la imagen del pueblo haitiano y del interés nacional en el escenario internacional.

En la Republica Dominicana esa conmemoración cobra especial importancia, ya que  al igual que la diáspora dominicana en Puerto Rico, la nuestra representa el grupo de extranjeros y de origen extranjero más numeroso.
Es un colectivo muy dinámico que participa y comparte de la diversidad cultural aportada a la sociedad dominicana por los antillanos-británicos, sur y centroamericanos, norteamericanos, europeos, medio-orientales y asiáticos.

Asimismo, como mano de obra, dicha comunidad, juega un papel primordial en sectores claves de producción y se ha convertido en un nicho importante de la clientela de empresas globales y nacionales destacándose las de telecomunicaciones,  remesas, inmobiliarias, aerolíneas, transporte binacional, cadenas de tiendas, supermercados y bancos entre otros.

En tanto que  el estudiantado haitiano produce ingresos provenientes tanto de su país como de otras comunidades de la diáspora haitiana. Mientras, las inversiones haitianas en la Republica Dominicana han ido creciendo.

 Esta efectiva participación en la vida económica nacional se traduce en aportes al PIB que avecinan el 6% tan solo con el uso intensivo de la mano de obra haitiana.

Lejos de ser una carga, todos los estudios realizados por organismos especializados evidencian que  la diáspora haitiana produce grandes beneficios  a la Republica Dominicana. También contribuye a Haití por aportar el volumen más importante de remesas después de las provenientes de los Estados Unidos. Monto estimado a cerca de US$ 400 millones al año.

Paradójicamente, por falta de coordinación interestatal y políticas de incorporación al desarrollo insular, la cuestión migratoria ha sido un punto profundamente complejo en la agenda bilateral en los últimos 30 anos. Teniendo un impacto negativo en el plano internacional y afectando ocasionalmente la convivencia pacífica entre nacionales de los dos países que comparten la isla. 
 
En ese sentido las relaciones entre la diáspora y los dos gobiernos de la isla han sido hasta ahora muy difíciles. Por un lado, en vez  de facilitar su integración social y pol! ítica se! deja la impresión de querer excluir. Por otro lado, poco se ha hecho para permitir que la diáspora juegue su papel de puente entre el país de origen y el país de adopción o nacimiento.
 
La Jornada Nacional de la Diáspora que llega a su 4ta edición en la Republica Dominicana puede ayudar a proyectar una nueva mirada sobre los haitianos y las relaciones dominico haitianas.


Fuente original: OPINION: La Jornada Nacional de la Diáspora.

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