SANTO DOMINGO. Bajo la cama de Doña Mayra Enrique, habitante a la sombra del puente Francisco del Rosario Sánchez, a veces caminan cangrejos del río Ozama. La señora todavía cocina el arroz en anafe, y hace "los tajos", la carne, con leña. En su vivienda, las paredes y el techo de zinc oxidado con grandes aberturas permiten la entrada del viento en las noches más calurosas; y en los días...
Fuente original: Casas irrecuperables y los rostros de pobreza.