OPINION: Caamaño Deñó.


POR JOSE ANTONIO MATOS
Para ECOS DEL SUR.

Así le llamó siempre el profesor  Juan Bosch, al insigne Dominicano caído a destiempo en las lomas d e Nizaìto, un día como hoy, hacen 41 años.

Francisco Alberto Caamaño Deñò, el coronel de abril, bautizado por la población con ese nombre, por su hazaña patriótica asumida por él y la parte más sana de la Dominicanidad, cuando en revuelta constitucional empuñaron las armas por la constitución de la republica del año 1963 y resistencia audaz frente a la intervención extranjera del 28 de abril del año 1965, cuando los estados Unidos de Norteamérica llegaron con 42 mil marines de diferentes nacionalidades.

Alimentado por el amor patrio despertado en él, por el pisoteo a la constitucionalidad y el piso de la bota extranjera en suelo Dominicano, Francis Caamaño toma el camino de la superación ideológica y física, para volver desde Cuba a completar la obra a favor del pueblo Dominicano, habidas cuentas de que el régimen que encabezaba el doctor Joaquín Balaguer había nacido de unas elecciones fraudulentas y manipuladas p or la fuerza extranjera, presente activamente en unas elecciones caracterizadas por la fuerza militar a favor de Balaguer, asaltos a las comisiones electorales que llevaban las urnas repletas de votos blancos y suplantadas por colorados y los subsiguientes años de gobierno Balaguerista, consagrados como los sangrientos 12 años de Balaguer.

Francis Caamaño desembarcó  en playas Caracoles, de San José de Ocoa con ocho acompañantes, los cuales fueron Heberto Lalane José y Alfredo Pérez Vargas, estos dos presentados por el régimen sus cadáveres junto al suyo un día como hoy, además lo acompañaron Ramón Euclides Holguín Marte, apodado en la guerrilla como Braulio, Hamlet Herman Pérez, Mario  Nelson Galán Durán, Claudio Caamaño Grullòn, Juan Ramón Payero Ulloa y Toribio Peña Jaquez, apodado este último como Flipe.

La vida y muerte, a cortísima edad, 40 años, del guerrillero apodado Román, en la acción que le  costó la vida, bajo un fusilamiento vil e innecesario, quien mostró su valentía, aun en los últimos momentos de su vida, tal y como se ha filtrado en el discurrir de los tiempos, nos llama a todos los dominicanos a venerarlo como uno de los más insignes y valiosos padres de la soberanía de nuestra patria Dominicana.

Y a los ciudadanos, como quien escribe, que lo conocimos, apenas nosotros con 11 años de edad, en ciudad Nueva en el año 1965, y que luego, por acciones estudiantiles en nuestra comunidad de Neiba, conocimos las ergástulas de la policía en dos ocasiones por màs de 7 días, nos corresponde recordar y propagar el valor ciudadano de este gran líder, y que lo será por toda la eternidad.


Original source: OPINION: Caamaño Deñó..

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente