La exestrella de la NBA Michael Jordan, considerado por muchos como el mejor en la historia del baloncesto, ha asegurado que, si disputara un duelo en su mejor momento contra cualquier jugador histórico, no perdería con ninguno excepto con Kobe Bryant, ya que considera que el integrante de Los Angeles Lakers "copia todos" sus movimientos.
"¿Contra qué jugador de la historia me gustaría enfrentarme? La lista es muy larga: Jerry West, Elgin Baylor, Kobe Bryant en su mejor momento, LeBron James en su mejor momento, Wade en su mejor momento, 'Melo' (Carmelo Anthony)... Es un buen comienzo. No creo que perdiera salvo con Kobe Bryant porque copia todos mis movimientos", señala Jordan en una entrevista con motivo del lanzamiento del videojuego NBA 2K14.
Ganador de seis anillos en los años noventa con los Chicago Bulls, 'Air' Jordan cree que el baloncesto actual es más 'blando' que cuando jugaba él. "Cuando yo llegué a la NBA el baloncesto era mucho más físico que ahora. Sabías que no podías cruzar la zona sin llevarte algún golpe por los bloqueos, los agarrones... Siempre tenías que pagar el precio, pero si eras agresivo y le echabas valor debías entrar sabiendo que te iban a golpear, sabiendo que es parte del baloncesto. Esas son las condiciones que los chicos de ahora ni siquiera comprenden, no saben las condiciones en las que crecimos ni jugamos nosotros", asegura.
El exjugador de Brooklyn también se refiere al 'trash talking', los comentarios provocativos sobre la pista para 'picar' a un adversario. Así, recuerda que "solo lo hacía con gente que conocía", caso de "Patrick Ewing, Larry Bird o 'Magic' Johnson". "Pero nunca recurrí al 'trash talking' con jugadores que no conocía o acababa de conocer. Y si ellos lo hacían, yo respondía con mi juego, nunca dije nada", apunta al respecto Jordan, que rechaza usar redes sociales porque se declara "de la vieja escuela".
Por último, el doble oro olímpico cuenta una curiosa anécdota con OJ Mayo, surgida cuando el actual jugador de Milwaukee Bucks aún no había saltado a la NBA. "Era una estrella en el instituto y hasta entonces no me había cruzado con él. Y en medio de mi campus, empieza a decir delante de todo el mundo: 'No puedes pararme, no puedes'. Mandé a los chicos a dormir, volvimos a jugar y él empezó otra vez con su rollo", recuerda.
"Le dije: 'Puede que seas el mejor jugador de tu instituto, pero yo soy el mejor jugador del mundo'. Fue una lección. No le dejé ganar y le hice de todo. Aquello no fue 'trash talking', fue un hecho", zanja con una sonrisa.
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