DENVER.- Mientras que en Estados Unidos el impulso para legalizar el uso recreativo de la marihuana proviene de grupos comunitarios, en América Latina ese respaldo surge de altos funcionarios, lo que crea marcadas diferencias en la implementación de esas políticas, afirmó hoy un experto en Denver.
Ethan Nadelmann, fundador y director ejecutivo de Drug Policy Alliance (organización no lucrativa con sede en Nueva York), habló ante unos 300 periodistas reunidos en la Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en Denver (Colorado, EEUU).
“En Estados Unidos la legalización de la marihuana comenzó con organizaciones de base, no con el Gobierno. En América Latina, sin embargo, son los presidentes y expresidentes quienes están a favor de la marihuana legal”, indicó Nadelmann.
Agregó que “en un caso, es la opinión pública y en el otro es la elite gobernante la que quiere ver la marihuana legal. Por eso, en Estados Unidos son los políticos quienes actúan con cautela, y en América Latina es la población”, agregó.
Nadelmann sostuvo que cambios demográficos, sociales y económicos en EE.UU. hicieron que la actual generación de jóvenes “le haya perdido el miedo” al uso de la marihuana, por lo que se organizaron para cambiar las leyes locales.
De hecho, 18 estados permiten el uso de marihuana medicinal y desde noviembre de 2012 otros dos, Colorado y Washington, también permiten el uso de pequeñas cantidades (hasta 30 gramos) de marihuana con fines recreativos.
Mientras tanto, el fracaso de la lucha contra las drogas en América Latina, denunciado en 2009 en un conocido documento por los expresidentes Fernando Henrique Cardoso (Brasil), César Gaviria (Colombia) y Ernesto Zedillo (México), movilizó a los políticos a buscar soluciones.
Como consecuencia, la implementación de las políticas de uso de marihuana en Estados Unidos se lleva a cabo a nivel estatal o municipal, y en América Latina a nivel nacional, como en el caso de Uruguay, donde el consumo ya es legal y está en debate un proyecto de ley del oficialismo para despenalizar la producción y la venta.
No quedan dudas de que las políticas sobre legalización de marihuana en Estados Unidos “tienen un impacto en América Latina. Y lo mismo podría decirse de los matrimonios homosexuales”, sostuvo Nadelmann.
“En una y otra parte, el tema sigue siendo cómo regular la marihuana de la mejor manera en consideración de la salud y de la seguridad publicas”, agregó.
Por su parte, Jack Finlaw, principal asesor legal de la oficina del gobernador de Colorado, informó que a partir de este mes el estado ya acepta solicitudes para abrir dispensarios de marihuana recreativa y anticipó que las primeras licencias para esos negocios se emitirán a principios de 2014.
“Pero no se trata de regular la marihuana como se regula el alcohol. En el caso de la marihuana, las reglas se aplican desde la semilla y hasta la venta”, dijo Finlaw.
Sin embargo, por tratarse de una ley nueva que a su vez da origen a una nueva industria, las reglas de implementación podrían cambiar y en algún momento, anticipó Finlaw, podría reducirse la edad mínima para el consumo de marihuana recreativa, ahora en 21 años.
Ya hubo que modificar las reglas de las asociaciones de propietarios de casas, que antes prohibían el cultivo de marihuana en los hogares y ahora, con restricciones, deben permitirlo.
“Es, por así decir, un experimento. Hay muchas cosas de las que no estamos seguros. Lo mismo sucedió cuando se legalizó la marihuana medicinal. Y sigue siendo un desafío, porque la marihuana es legal en Colorado, pero no en otros estados ni a nivel federal”, comentó Finlaw.
Por su parte, Roberto Rock, del diario mexicano El Universal, comentó que “lo que ocurre en Estados Unidos ocurre en un marco de seguridad” que no siempre está presente en América Latina.