MADRID.- La solidez del mercado de los "smartphones" ha animado a la industria móvil a impulsar una nueva categoría de dispositivo conectado, el reloj inteligente, que de momento se perfila como un accesorio del teléfono y no como un ente independiente.
Desde hace unos meses, la innovación en la industria parece ir asociada a la denominada tecnología "vestible" ("wearables", en inglés), con las gafas de realidad aumentada y los relojes inteligentes como exponentes más visibles. Sony, Samsung o Qualcomm ya han desvelado sus propuestas de "smartwatch".
Pero el actual no es el primer intento de los fabricantes: desde hace años distintas marcas han tratado de ofrecer relojes con más funcionalidades que las habituales.
Sin embargo, la penetración de Internet móvil y de los dispositivos inteligentes han propiciado la emergencia de los "smartwatches".
Mucha expectación había en torno al Galaxy Gear, la propuesta que Samsung presentó ayer en Berlín.
Se trata de un reloj de muñeca compatible únicamente con los dipositivos Samsung Galaxy, que lleva incorporada una pantalla táctil -que no es flexible, como se esperaba- en color de 1,63 pulgadas.
El dispositivo, que saldrá a la venta a finales de septiembre en varios colores, avisa de las llamadas, los correos y las alertas, incluye un altavoz que funciona como un manos libres y permite transcribir mensajes utilizando la voz.
El Galaxy Gear está equipado con una cámara de 1,9 megapíxeles, que hace fotos y graba vídeo, ofrece al usuario el control musical de sus Galaxy y funciona de podómetro.
Su precio será de 299 euros (394 dólares).
Desde hace unos meses, la innovación en la industria parece ir asociada a la denominada tecnología "vestible" ("wearables", en inglés), con las gafas de realidad aumentada y los relojes inteligentes como exponentes más visibles. Sony, Samsung o Qualcomm ya han desvelado sus propuestas de "smartwatch".
Pero el actual no es el primer intento de los fabricantes: desde hace años distintas marcas han tratado de ofrecer relojes con más funcionalidades que las habituales.
Sin embargo, la penetración de Internet móvil y de los dispositivos inteligentes han propiciado la emergencia de los "smartwatches".
Mucha expectación había en torno al Galaxy Gear, la propuesta que Samsung presentó ayer en Berlín.
Se trata de un reloj de muñeca compatible únicamente con los dipositivos Samsung Galaxy, que lleva incorporada una pantalla táctil -que no es flexible, como se esperaba- en color de 1,63 pulgadas.
El dispositivo, que saldrá a la venta a finales de septiembre en varios colores, avisa de las llamadas, los correos y las alertas, incluye un altavoz que funciona como un manos libres y permite transcribir mensajes utilizando la voz.
El Galaxy Gear está equipado con una cámara de 1,9 megapíxeles, que hace fotos y graba vídeo, ofrece al usuario el control musical de sus Galaxy y funciona de podómetro.
Su precio será de 299 euros (394 dólares).
El fabricante de chips Qualcomm también ha querido probar suerte en este nicho, en el que entra con Toq: un reloj compatible con teléfonos Android.
Toq tiene una pantalla táctil en color que permanece siempre activa y, según el fabricante, su tecnología permite una visualización óptima incluso en condiciones de alta luminosidad.
Toq tiene una pantalla táctil en color que permanece siempre activa y, según el fabricante, su tecnología permite una visualización óptima incluso en condiciones de alta luminosidad.
El reloj de Qualcomm no tiene botones y permite contestar o rechazar llamadas, ver mensajes de texto, escuchar música o acceder a los recordatorios de reuniones.
El fabricante de Toq no ha precisado ni cuándo pondrá a la venta el dispositivo ni a qué precio precio, aunque algunos expertos apuntan a que rondará los 300 dólares (227 euros).
Por su parte, Sony anunció en julio SmartWatch 2, un reloj de 1,6 pulgadas diseñado para servir de segunda pantalla de los dispositivos Android.
Resistente al agua y dotado de NFC, sirve de notificador de mensajes, de gestor de llamadas, actúa como interfaz de aplicaciones Android y también como mando a distancia para el teléfono. Llegará al mercado este mes a un precio de 189 euros (249 dólares).
Y uno de los pioneros fue Pebble, un proyecto que salió adelante gracias a la financiación colectiva en Kickstarter.
Disponible por 150 dólares (113 euros) y en varios colores, es compatible vía "bluetooth" con dispositivos Android y también con el iPhone de Apple y tiene una pantalla en blanco y negro.
El fabricante de Toq no ha precisado ni cuándo pondrá a la venta el dispositivo ni a qué precio precio, aunque algunos expertos apuntan a que rondará los 300 dólares (227 euros).
Por su parte, Sony anunció en julio SmartWatch 2, un reloj de 1,6 pulgadas diseñado para servir de segunda pantalla de los dispositivos Android.
Resistente al agua y dotado de NFC, sirve de notificador de mensajes, de gestor de llamadas, actúa como interfaz de aplicaciones Android y también como mando a distancia para el teléfono. Llegará al mercado este mes a un precio de 189 euros (249 dólares).
Y uno de los pioneros fue Pebble, un proyecto que salió adelante gracias a la financiación colectiva en Kickstarter.
Disponible por 150 dólares (113 euros) y en varios colores, es compatible vía "bluetooth" con dispositivos Android y también con el iPhone de Apple y tiene una pantalla en blanco y negro.
Pebble avisa, mediante vibración, de las llamadas, correos y mensajes entrantes, ofrece distintas aplicaciones para usos concretos, como el control de la música o de la distancia y el tiempo recorrido haciendo deporte.
Durante meses se ha especulado con la posibilidad de que Apple estuviera desarrollando un iWatch, pero por el momento la compañía de Cupertino no se ha pronunciado al respecto.
El precio de estos dispositivos y la necesidad de estar conectados con un teléfono inteligente, ya que son complementarios y no sustitutivos de ellos, son elementos que juegan en contra de esta tecnología. Pero, como siempre, es el consumidor quien tiene la última palabra.
Durante meses se ha especulado con la posibilidad de que Apple estuviera desarrollando un iWatch, pero por el momento la compañía de Cupertino no se ha pronunciado al respecto.
El precio de estos dispositivos y la necesidad de estar conectados con un teléfono inteligente, ya que son complementarios y no sustitutivos de ellos, son elementos que juegan en contra de esta tecnología. Pero, como siempre, es el consumidor quien tiene la última palabra.