Es uno de los temas recurrentes. La lucha de gran parte de la sociedad saudí para que las mujeres puedan conducir vive un nuevo episodio. Un grupo de activistas ha convocado para el próximo día 26 de octubre la enésima jornada de protesta para reclamar el derecho de las féminas a ponerse al volante, y al paso ha salido un jeque religioso conjustificaciones peregrinas en contra de darles 'alas'.
En una entrevista con la web saudí de noticias Sabq el jeque Saleh al-Luhaidan, consultor de la Asociación psicológica del Golfo, revela nuevos datos 'científicos' reproductivos: "Si una mujer conduce un coche, no por pura necesidad, esto podría tener efectos fisiológicos negativoscomo demuestran los estudios médicos, ya que afecta a los ovarios y empuja la pelvis hacia arriba. Es por eso que nos encontramos con que la mayoría de las mujeres que conducen regularmente tienen niños con problemas clínicos de diversos grados".
El jeque Saleh es también uno de los 21 miembros del Consejo Superior de Ulemas, puede escribir fatwas (edictos religiosos), asesorar al Gobierno y tiene un gran número de seguidores en el reino controlado por los religiosos wahabíes. Según el perfil que aparece en su página web, el religioso no tiene ninguna formación ni experiencia en el campo de la medicina, ni tampoco citó durante la controvertida entrevista alguna fuente que acreditara sus palabras.
En la entrevista insta a las mujeres a "ser razonables" y a emplear "más la mente que el corazón", a la hora de tener en cuenta la parte negativa de conducir... excepto en circunstancias justificadas como en el caso de enfermedad de su marido durante el viaje.
Un jeque polémico
No es la primera vez que sus comentarios generan una gran polémica, tanto que el rey Abdullah, que ha intentado introducir algunas reformas aperturistas, lo destituyócomo jefe del Consejo Supremo Judicial en 2009.
No está claro si un fuerte respaldo a la prohibición de Luhaidan es compartida por otros miembros del Consejo de Ulemas, pero sus comentarios demuestran unaarraigada oposición a que las mujeres saudíes conduzcan que es general entre algunos conservadores.
Las filtraciones de Wikileaks dejaron al descubierto que, según los diplomáticos estadounidenses, muchos en el país aplaudieron que el rey le apartara del Consejo Judicial. En un teletipo decían sobre él: "Es ampliamente visto como un obstáculo para las reformas, las palabras irreflexivas de Al Luhaidan han avergonzado al reino en más de una ocasión. Permanece en el Consejo de Ulemas como miembro prominente pero con menos influencia".
El manifiesto
En el manifiesto de la convocatoria del día 26 que el jeque quiere boicotear, que hasta el momento de la elaboración de este artículo acumulaba 12.035 firmas de adhesión, los organizadores dicen que dado que el Gobierno no tiene justificación para prohibir a las mujeres conducir, éste debe proporcionar los medios para que puedan obtener sus permisos.
Critican que muchos se escudan en que debe ser una "decisión social" pero en realidad "no se resolverá sino mediante una decisión gubernamental". "Es importante señalar que las mujeres no se verán obligadas a conducir si no que podrán hacerlo si así lo desean", añaden.
Los organizadores no quieren excusas: "En el caso de que el Gobierno Saudí mantenga la prohibición, pedimos que presente a los ciudadanos una justificación legal válida". Y añaden que en el caso de no hacerlo, proporcionen a la sociedad algún mecanismo legal a través del cual pueda expresar sus deseos.
Rawia Abdulrahman, una saudí residente en Jeddah, tilda las explicaciones del religioso de una enorme 'estupidez'. La joven afirma que cada vez más mujeres se unen al movimiento en favor de este derecho. "Se trata de poder elegir, hay mujeres que pueden y quieren pagarse un conductor y otras o no pueden o prefieren ahorrar ese dinero para necesidades más importantes", sentencia.
Una mujer conduce con un cartel llamando a la protesta del 26 de octubre.
Leyes no escritas
No hay una ley que indique expresamente que las féminas no puedan conducir, pero la realidad es que tradicionalmente la Policía religiosa lo ha impedido. Arabia Saudí representa unas de las visiones más rigoristas del islam.
Además, después de la mediática protesta en 2011, el fallecido ministro de Interior Nayef bin Abdelaziz reafirmó un edicto religioso de principios de los años noventa en este sentido.
Varias conductoras han sido detenidas en estos años, y liberadas sólo después de firmar un documento prometiendo que no lo volverán a hacer. Otras, como Shayma Ghassaniya, fueron sentenciadas a recibir diez latigazos -aunque su condena fue revocada por el Rey en el último minuto-.
Curiosamente, el jefe de la Policía religiosa ('Haia'), el jeque Abdulatif al-Sheikh, dijo a Reuters la semana pasada que no había ningún texto en los documentos que componen la ley islámica que prohíbe a las mujeres conducir, pero no por ello descartó que sus agentes actuarían contra las que conduzcan.
"Las mujeres en Arabia Saudí no tienen los mismos derechos que los hombres. En efecto, los hombres que gobiernan, amparados en su inmensa riqueza petrolera, en un dogma religioso anacrónico y aliados del Occidente en contra de otra dictadura, Irán, han logrado negarle los derechos más básicos a las mujeres. Ellas son consideradas menores de edad toda su vida", sentenciaba respecto de la situación de las saudíes Pedro Pizano, consultor de derechos humanos.
"La gente debe saber que el islam no es de jeques, nadie hace caso de personas como este señor de mente cerrada. El islam es una religión muy tolerante y fácil y no hay nada en absoluto contra que nosotras podamos conducir", afirma Rawia. "Y creo que es hora de Arabia Saudí de un paso hacia adelante en lugar de vivir en la edad de piedra por el pensamiento de algunos retrógrados".
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