ESPAÑA. León es un gorila joven bravucón y con madera de líder que a partir de ahora desplegará sus encantos en Sudamérica, donde será el único de su especie en el continente y fundará una familia.
Él no lo sabe, pero a punto de cumplir quince años, lo están preparando para que este otoño haga el viaje de su vida: dejará a su hermano y a sus camaradas en el zoológico de Tenerife, en las españolas Islas Canarias (Atlántico), y cruzará el océano hasta el zoo de Belo Horizonte, en Brasil.
Allí formará una familia con las gorilas Imbi, que ya lo espera, y Lou-Lou, que será trasladada simultáneamente desde el zoo británico de Howletts.
Sus descendientes serán los futuros reproductores del continente e irán a verlo personas de los países de alrededor, según relatan su cuidador, Juan Vicente Martínez, y Rafael Zamora Padrón, biólogo del departamento de conservación del zoo.
Imbi y Lou-Lou serán las primeras hembras que vea y huela León desde que hace ocho años se separó de su madre en su Tel Aviv natal, tras retar a su padre para liderar el grupo y fracasar en el intento.
En la naturaleza, las familias de gorilas están formadas por un único macho adulto y varias hembras con las crías.
Cuando los machos alcanzan la adolescencia abandonan el clan y forman grupos de solteros con otros desterrados, hasta que encuentran hembras para fundar sus propias familias.
Antiguamente, los gorilas jóvenes en cautividad expulsados del grupo familiar eran un problema y se los escondía en jaulas en las trastiendas de los zoos, separados del resto.
Para resolver el problema y reproducir lo más fielmente posible la vida social de esta especie (Gorilla gorilla gorilla), críticamente amenazada de extinción en su hábitat de África Central, en unos pocos zoos se crearon grupos de machos solteros como reserva genética.
El del Loro Parque, con sus seis ejemplares, es el más numeroso de Europa.
Cuando en otro zoológico se necesita un macho reproductor, la EEP, el Programa Europeo de Especies en Peligro, acude a estas reservas.
En esta ocasión seleccionaron a León por sus características genéticas, físicas y psicológicas para que forme la primera familia en Sudamérica en el zoológico de Belo Horizonte.
El animal viajará con su cuidador en la bodega del avión, junto a la enorme caja reforzada y confortable, con el fin de eliminar al máximo su estrés.
La logística del transporte es muy complicada, puede durar meses su preparación, explicó Rafael Zamora. Normas sanitarias y de seguridad, chequeos veterinarios y cuarentenas son aspectos previstos hasta el último detalle.
Existe curiosidad sobre cuál será la reacción de León en su nuevo entorno. "Está acostumbrado a estar con machos, a jugar a lo bruto con su hermano. Ahora tiene que aprender a tratar a una hembra y a copular, nunca ha olido a ninguna desde que alcanzó la madurez", afirma su cuidador.
En los zoos europeos hay 429 gorilas (192 machos y 237 hembras), del millar que viven en cautividad en el mundo.
La mayoría, salvo los más viejos (pueden vivir hasta 50 años con buenos cuidados), nacieron en cautividad, puesto que ya no se cazan ejemplares para los zoos.
Las poblaciones en África Central se reducen por la presión humana, la caza furtiva o las guerras, lo que hace muy difícil la defensa de esta especie, que, después de los chimpancés, es la más cercana al homo sapiens, con una diferencia en el ADN de sólo el 1,6%.
Él no lo sabe, pero a punto de cumplir quince años, lo están preparando para que este otoño haga el viaje de su vida: dejará a su hermano y a sus camaradas en el zoológico de Tenerife, en las españolas Islas Canarias (Atlántico), y cruzará el océano hasta el zoo de Belo Horizonte, en Brasil.
Allí formará una familia con las gorilas Imbi, que ya lo espera, y Lou-Lou, que será trasladada simultáneamente desde el zoo británico de Howletts.
Sus descendientes serán los futuros reproductores del continente e irán a verlo personas de los países de alrededor, según relatan su cuidador, Juan Vicente Martínez, y Rafael Zamora Padrón, biólogo del departamento de conservación del zoo.
Imbi y Lou-Lou serán las primeras hembras que vea y huela León desde que hace ocho años se separó de su madre en su Tel Aviv natal, tras retar a su padre para liderar el grupo y fracasar en el intento.
En la naturaleza, las familias de gorilas están formadas por un único macho adulto y varias hembras con las crías.
Cuando los machos alcanzan la adolescencia abandonan el clan y forman grupos de solteros con otros desterrados, hasta que encuentran hembras para fundar sus propias familias.
Antiguamente, los gorilas jóvenes en cautividad expulsados del grupo familiar eran un problema y se los escondía en jaulas en las trastiendas de los zoos, separados del resto.
Para resolver el problema y reproducir lo más fielmente posible la vida social de esta especie (Gorilla gorilla gorilla), críticamente amenazada de extinción en su hábitat de África Central, en unos pocos zoos se crearon grupos de machos solteros como reserva genética.
El del Loro Parque, con sus seis ejemplares, es el más numeroso de Europa.
Cuando en otro zoológico se necesita un macho reproductor, la EEP, el Programa Europeo de Especies en Peligro, acude a estas reservas.
En esta ocasión seleccionaron a León por sus características genéticas, físicas y psicológicas para que forme la primera familia en Sudamérica en el zoológico de Belo Horizonte.
El animal viajará con su cuidador en la bodega del avión, junto a la enorme caja reforzada y confortable, con el fin de eliminar al máximo su estrés.
La logística del transporte es muy complicada, puede durar meses su preparación, explicó Rafael Zamora. Normas sanitarias y de seguridad, chequeos veterinarios y cuarentenas son aspectos previstos hasta el último detalle.
Existe curiosidad sobre cuál será la reacción de León en su nuevo entorno. "Está acostumbrado a estar con machos, a jugar a lo bruto con su hermano. Ahora tiene que aprender a tratar a una hembra y a copular, nunca ha olido a ninguna desde que alcanzó la madurez", afirma su cuidador.
En los zoos europeos hay 429 gorilas (192 machos y 237 hembras), del millar que viven en cautividad en el mundo.
La mayoría, salvo los más viejos (pueden vivir hasta 50 años con buenos cuidados), nacieron en cautividad, puesto que ya no se cazan ejemplares para los zoos.
Las poblaciones en África Central se reducen por la presión humana, la caza furtiva o las guerras, lo que hace muy difícil la defensa de esta especie, que, después de los chimpancés, es la más cercana al homo sapiens, con una diferencia en el ADN de sólo el 1,6%.