Comedor UASD: mejor servicio pero filas más largas

El nuevo comedor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), que abrió sus puertas el pasado 12 de agosto, opera de manera activa y regular: largas filas de estudiantes, mayor variedad en el servicio de alimentos y trabajadores vestidos con gorros y batas blancas que sirven la comida en un espacio ahora más amplio y cómodo.

Desde las 10:30 de la mañana, en sus alrededores se puede apreciar una extensa hilera de jóvenes alumnos de esa institución académica, a la espera de que los delegados que controlan la entrada al área de servicio, los dejen entrar.

El horario oficial de apertura es a las 11:30 de la mañana, tiempo en que una cantidad casi incontable de personas llegan y se adhieren a alguna de las tres filas que, a su entender, sea la más corta.

La gran mayoría de los estudiantes, a sabiendas de la incomodidad que afirman sentir al estar varados hasta más de dos horas, hambrientos y con el tiempo en su contra, acuden al lugar horas antes del mediodía para tener un puesto asegurado cuando dejen entrar a las primeras personas.



Alumnos consultados por este medio coincidieron en que las filas son más largas que antes, ya que tienen que esperar mucho tiempo para poder entrar al comedor.

En tanto que otros le dieron más importancia a la calidad de la comida, la cual valoraron como buena y consideran que lo único que necesita el nuevo comedor universitario para función correctamente es la instalación de abanicos u otro sistema de ventilación.

Pablo Esteban Díaz, estudiante de Publicidad, considera que la situación que existía en el antiguo comedor, refiriéndose a las largas y tediosas filas, no ha cambiado ya que asegura que el número de personas que utilizan el servicio ha aumentado.

El joven estudiante expresó que dura hasta dos horas para entrar al comedor, pero eso sucede los días que él llega temprano a hacer la fila.

Mientras que para Karina Bravo, estudiante de Bioanálisis, el funcionamiento del nuevo comedor no cumplió con sus expectativas, debido a que ella asegura que no esperaba encontrarse con un ambiente más cargado de personas que en la antigua instalación.

“Antes yo podía llegar a mis clases más temprano, ahora tengo que durar hasta más de una hora y media haciendo fila”, se quejó.

El primer día que empezó a operar el nuevo comedor, estudiantes expresaron que, en comparación al comedor anterior el cual calificaron como una “cárcel”, este es mucho más higiénico y que la comida sabe mejor.

Externaron que el “locrio de arenque” que recibían en el antiguo local, ha sido cambiado por un mejor menú.

Entre los platos que se degustan están moro de güandules y de habichuelas negras; ensalada rusa y de papas; pollo frito y guisado, entre otros. Además, hay una cafetería para los que gusten de una bebida diferente al agua, y un pequeño puesto de venta de guineos maduros.


Asimismo, manifestaron que el precio de la comida se mantuvo igual, por lo que para ellos resulta una ventaja económica.

Funcionamiento del comedor universitario
La nueva instalación cuenta con un moderno espacio físico, que en comparación con el antiguo comedor, ofrece mejores facilidades para que los universitarios entren a degustar la comida.

Entre estas facilidades está en que toda el área se encuentra totalmente techada, lo que permite que ya sea bajo sol, lluvia o sereno, no haya inconvenientes en que los estudiantes hagan sus respectivas filas.

La hora de entrada al comedor es a las 11:30 de la mañana. Los que custodian la entrada y salida de allí, que pueden ser tanto empleados de la academia como estudiantes colaboradores, organizan a los estudiantes en tres columnas.

De cada columna se deja entrar entre diez y veinte personas. Una vez que los grupos han terminado de comer, deben salir para que los demás puedan entrar, y así sucesivamente.

El ticket de comida tienen un costo de cinco pesos, este se adquiere en una de las cajas ubicadas en la entrada del comedor.

El servicio de comida es manejado por un personal debidamente formado en materia de salubridad, portando sus guantes, gorros y bata para evitar el contacto con los alimentos.

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