Este miércoles Siria vivió uno de los días más dramáticos desde que comenzó el levantamiento contra el presidente Bashar al Asad en 2011.
La oposición denunció un ataque con armas químicas en que presuntamente murieron cientos de personas en las afueras de Damasco.
El gobierno sirio negó toda responsabilidad en lo sucedido y la ONU pidió una investigación urgente de lo que llamó "una grave escalada" del conflicto.
Decenas de imágenes dieron la vuelta al mundo, pero para la mayoría de los medios de comunicación -incluida la BBC- resulta extremadamente difícil verificar su autenticidad. ¿Por qué es tan difícil comprobarlo?
Ralf Trapp, un consultor internacional sobre desarme especializado en armas químicas y biológicas, explica cómo se recogen y evalúan las pruebas para confirmar el uso de ese tipo de sustancias*.
Las investigaciones sobre el presunto empleo de armas químicas implican una variedad de técnicas para recoger y analizar los diferentes tipos de evidencias.
Esto incluye entrevistas con sobrevivientes del presunto ataque y con otros testigos, como el personal médico que trató a las víctimas.
Los inspectores necesitan realizar exámenes médicos a las víctimas y tomar muestras de orina y sangre, que pueden ser analizadas en busca de rastros del agente químico o de sus productos de degradación (metabolitos).
Esto puede hacerse incluso si el incidente tuvo lugar cierto tiempo atrás.
También se intenta tomar muestras de personas fallecidas y animales muertos.
Se busca inspeccionar el sitio del ataque para entender el contexto del incidente y para encontrar evidencias como restos de proyectiles o bombas que podrían estar contaminados.
La tarea implica recoger muestras ambientales del suelo, escombros o vegetación que puedan haber estado en contacto con el agente del ataque químico y que aún puede contener productos de degradación característicos e incluso rastros de él. Continuar...