Carolina Tejada, madre de las dos niñas y el niño que murieron quemados ayer en Villa Liberación de La Otra Banda en Santiago, acostumbraba a llevarse a la escuela a sus hijos. Con 33 años estaba inscrita en el programa “Quisqueya Aprende Contigo”. Pero, ayer, se quedaron dormidos y entre seis y siete de la noche, hora en que regularmente llegaba su padre del taller de ebanistería, las llamas calcinaron las vidas de la prole de la pareja.
“El fuego no dio tiempo a nada. Nos dimos cuenta cuando subió la humareda”, refiere María Mencía, vecina de la pareja que residía en un trecho de difícil acceso en el citado sector. Mencía testimonia que Carolina siempre andaba con sus muchachos “para arriba y para abajo”. Asegura que desde temprano salía con ellos al colmado a comprar los productos para hacer la comida y les mantenía “pepillitos”.
Ayer, la curiosidad de la vecindad rondaba la vivienda donde vivía Omar Hernández, con su esposa Carolina y sus descendientes en Villa Liberación. Mientras, en la casa número 79 de la calle Francisco Villa Espesa del sector Pueblo Nuevo, velaban los cadáveres de los infantes, Omaira Carolina Hernández de 5 años, Oscar Junior de cuatro y Omaira María de tres.
“Ay mis hijos”, gritaba desesperanzada la abuela de los niños, en el interior de la vivienda donde también recordaban que Oscar quería ser pelotero. El padre, Omar Hernández trabajaba en un taller de ebanistería muy cerca de la casa de su madre y regresaba entre seis y siete de la noche a su hogar, para atender a los niños cuando su pareja no podía llevarlos a las aulas de “Quisqueya Aprende Contigo”.