Los especialistas en lectura están de acuerdo en que leer es un hábito, un placer, que difícilmente se adquiere en la edad adulta, pero, entre las ideas para fomentar el hábito de la lectura figuran iniciar desde la más tierna edad, la infancia.
El aprendizaje de la lectura y escritura en la escuela primaria ha sido una de las mayores preocupaciones de los diferentes ministerios de educación en los países latinoamericanos, puesto que el buen lector con habilidades comunicativas desarrolladas forman la base del éxito de la educación integral de los estudiantes y futuros ciudadanos.
No existen fórmulas mágicas para convertir al niño y la niña en lectores, sino que debe ser un esfuerzo de padres, madres y maestros que induzcan al estudiante desde temprana edad a la lectura útil, entretenida y placentera, en la que se ría, llore, sueñe, viaje y se traslade a mundos desconocidos y sorprendentes.
Los padres como primeros promotores de la lectura, deben promover con sus hijos el hábito de leer a través de cuentos, uso de libros de colores y llamativos, coplas, rimas, trabalenguas, lectura de rótulos y periódicos.
También la escuela tiene un rol importante en convertir a los infantes en lectores. Valiéndose de métodos y estrategias constructivas actualizadas para el aprendizaje de la lectura.
Una vez que los estudiantes aprendan a leer se debe continuar estimulando esta actividad, a través de academias de lectura, minutos diarios de estudio sin imposiciones, pues no hay que vincular los castigos con la actividad lectora. Como por ejemplo, visitas a las bibliotecas (algo muy común en algunos centros educativos como modo de castigo).
De acuerdo con Teresa Peralta Checo bibliotecaria, escritora y directora sociocultural de Progresando con Solidaridad para muchos, estudiar es fácil, para otros es una de las tareas más difíciles ya que en nuestro sistema educativo son pocas las herramientas que se aportan desde la escuela para que el “estudiante” aprenda a estudiar.
“La lectura, base de todo conocimiento y vía para llegar al aprendizaje significativo, es siempre un refuerzo y debe constituirse en una práctica cotidiana dentro y desde la familia”, comenta Peralta Checo.
En ese mismo orden, Dulce Elvira de los Santos, escritora y directora de la Biblioteca Infantil y Juvenil República Dominicana (BIJRD)comenta que la mejor forma de promover la lectura es con el ejemplo.
“Recuerdo de pequeña que mi padre leía mucho y comentaba con sus compañeros de trabajo lo que leían delante de mí y de mis hermanos, lo hacían con tanto entusiasmo que nos daba un deseo inmenso de leer los libros que ellos comentaban. Fue así como inicié mis lecturas. Lo que quiero significar con esto es que en el proceso lector influyen tanto el hogar y la familia como la escuela”.
Para crear la disciplina
Tanto si quieres hacer que tus hijos lean, como si pretendes mejorar tu propio hábito lector, suele ser recomendable fijar una rutina cómoda de cumplir.
Para empezar, es necesario que los hijos vean a los padres, siempre que sea posible, con un libro en la mano. Dulce Elvira piensa que a los niños les encanta copiar, que es su forma de aprender.
Si ellos notan que te gusta leer y trata los libros con cuidado y respeto, ellos probablemente, harán lo mismo.
Es necesario estar convencido de que la lectura debe ser empleada como una forma más de diversión y no como una obligación. Los libros no deben ser introducidos a la vida del niño sólo cuando él esté aprendiendo a leer o cuando ingrese en la escuela. El contacto con los libros debe empezar antes.
Los expertos recomiendan ofrecerles libros al bebé. Existen en el mercado pequeñas y curiosas obras hechas con tela, e incluso con material plástico indicados para el juego a la hora del baño.
Existen también diccionarios de “bolsillo” para que tu bebé se vaya familiarizando con las palabras, las letras, relacionándolas poco a poco con la imagen.
El secreto a esta edad, es hacer que el bebé vea el libro como un juguete más, con el cual podrá aprender, tornarse mayor, descubrir, crear fantasías y oír muchas historias interesantes y encantadoras.
Al principio, trata de dar preferencia a los libros ilustrados, con pocas palabras, y haz que tu hijo lo toque, lo acaricie, lo huela, y tenga todo tipo de contacto con él. Existen libros que contienen sonidos incluidos y también trozos de lana, y de otros materiales para que los bebés disfruten también con el tacto.
Otras recomendaciones
Cuando los niños estén un poquito más grandes, lo ideal es leerles en voz alta, siguiendo siempre las historias del libro.
Los padres deben dar especial importancia al tiempo que dedican para compartir con los hijos el placer de leer un cuento, lejos de las distracciones de la televisión. Empieza con los cuentos tradicionales, clásicos, pero fundamentalmente elige libros que no resulten aburridos.
Cuando tu hijo ya esté en una edad en que consiga estar más quieto en los lugares cerrados, llévale a visitar una biblioteca para que se familiarice con los libros, aprenda a manejarlos y así estará construyendo una amistad, un lazo con la lectura. Otra forma de estimular el interés del niño por los libros, es convertir un libro en un premio, por ejemplo cuando se porte bien o mantenga su cuarto ordenado.
Cuando tu hijo ya esté disfrutando de los libros, hazle participar de la lectura. Cuando termines de leer el cuento, pídele que te cuente lo que pasó con algún personaje, o incluso haz que tu hijo adivine lo que pasará al final.
Cuando sientas que tu hijo ya se interesa por las historias, que se involucra con la trama, se identifica con los personajes, empieza a participar y a imaginar distintos finales, y a vivir variadas sensaciones riéndose, emocionándose...no dejes de sorprenderle con nuevos cuentos.
El aprendizaje de la lectura y escritura en la escuela primaria ha sido una de las mayores preocupaciones de los diferentes ministerios de educación en los países latinoamericanos, puesto que el buen lector con habilidades comunicativas desarrolladas forman la base del éxito de la educación integral de los estudiantes y futuros ciudadanos.
No existen fórmulas mágicas para convertir al niño y la niña en lectores, sino que debe ser un esfuerzo de padres, madres y maestros que induzcan al estudiante desde temprana edad a la lectura útil, entretenida y placentera, en la que se ría, llore, sueñe, viaje y se traslade a mundos desconocidos y sorprendentes.
Los padres como primeros promotores de la lectura, deben promover con sus hijos el hábito de leer a través de cuentos, uso de libros de colores y llamativos, coplas, rimas, trabalenguas, lectura de rótulos y periódicos.
También la escuela tiene un rol importante en convertir a los infantes en lectores. Valiéndose de métodos y estrategias constructivas actualizadas para el aprendizaje de la lectura.
Una vez que los estudiantes aprendan a leer se debe continuar estimulando esta actividad, a través de academias de lectura, minutos diarios de estudio sin imposiciones, pues no hay que vincular los castigos con la actividad lectora. Como por ejemplo, visitas a las bibliotecas (algo muy común en algunos centros educativos como modo de castigo).
De acuerdo con Teresa Peralta Checo bibliotecaria, escritora y directora sociocultural de Progresando con Solidaridad para muchos, estudiar es fácil, para otros es una de las tareas más difíciles ya que en nuestro sistema educativo son pocas las herramientas que se aportan desde la escuela para que el “estudiante” aprenda a estudiar.
“La lectura, base de todo conocimiento y vía para llegar al aprendizaje significativo, es siempre un refuerzo y debe constituirse en una práctica cotidiana dentro y desde la familia”, comenta Peralta Checo.
En ese mismo orden, Dulce Elvira de los Santos, escritora y directora de la Biblioteca Infantil y Juvenil República Dominicana (BIJRD)comenta que la mejor forma de promover la lectura es con el ejemplo.
“Recuerdo de pequeña que mi padre leía mucho y comentaba con sus compañeros de trabajo lo que leían delante de mí y de mis hermanos, lo hacían con tanto entusiasmo que nos daba un deseo inmenso de leer los libros que ellos comentaban. Fue así como inicié mis lecturas. Lo que quiero significar con esto es que en el proceso lector influyen tanto el hogar y la familia como la escuela”.
Para crear la disciplina
Tanto si quieres hacer que tus hijos lean, como si pretendes mejorar tu propio hábito lector, suele ser recomendable fijar una rutina cómoda de cumplir.
Para empezar, es necesario que los hijos vean a los padres, siempre que sea posible, con un libro en la mano. Dulce Elvira piensa que a los niños les encanta copiar, que es su forma de aprender.
Si ellos notan que te gusta leer y trata los libros con cuidado y respeto, ellos probablemente, harán lo mismo.
Es necesario estar convencido de que la lectura debe ser empleada como una forma más de diversión y no como una obligación. Los libros no deben ser introducidos a la vida del niño sólo cuando él esté aprendiendo a leer o cuando ingrese en la escuela. El contacto con los libros debe empezar antes.
Los expertos recomiendan ofrecerles libros al bebé. Existen en el mercado pequeñas y curiosas obras hechas con tela, e incluso con material plástico indicados para el juego a la hora del baño.
Existen también diccionarios de “bolsillo” para que tu bebé se vaya familiarizando con las palabras, las letras, relacionándolas poco a poco con la imagen.
El secreto a esta edad, es hacer que el bebé vea el libro como un juguete más, con el cual podrá aprender, tornarse mayor, descubrir, crear fantasías y oír muchas historias interesantes y encantadoras.
Al principio, trata de dar preferencia a los libros ilustrados, con pocas palabras, y haz que tu hijo lo toque, lo acaricie, lo huela, y tenga todo tipo de contacto con él. Existen libros que contienen sonidos incluidos y también trozos de lana, y de otros materiales para que los bebés disfruten también con el tacto.
Otras recomendaciones
Cuando los niños estén un poquito más grandes, lo ideal es leerles en voz alta, siguiendo siempre las historias del libro.
Los padres deben dar especial importancia al tiempo que dedican para compartir con los hijos el placer de leer un cuento, lejos de las distracciones de la televisión. Empieza con los cuentos tradicionales, clásicos, pero fundamentalmente elige libros que no resulten aburridos.
Cuando tu hijo ya esté en una edad en que consiga estar más quieto en los lugares cerrados, llévale a visitar una biblioteca para que se familiarice con los libros, aprenda a manejarlos y así estará construyendo una amistad, un lazo con la lectura. Otra forma de estimular el interés del niño por los libros, es convertir un libro en un premio, por ejemplo cuando se porte bien o mantenga su cuarto ordenado.
Cuando tu hijo ya esté disfrutando de los libros, hazle participar de la lectura. Cuando termines de leer el cuento, pídele que te cuente lo que pasó con algún personaje, o incluso haz que tu hijo adivine lo que pasará al final.
Cuando sientas que tu hijo ya se interesa por las historias, que se involucra con la trama, se identifica con los personajes, empieza a participar y a imaginar distintos finales, y a vivir variadas sensaciones riéndose, emocionándose...no dejes de sorprenderle con nuevos cuentos.
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Ciencia