POR VINICIO LOPRZ
Para ECOS DEL SUR.
La diócesis de Barahona en sus treinta y ocho fructíferos años de existencia en nuestra Región Enriquillo, dignamente dirigida por dos obispos entregados y comprometidos con las mejores causas, ha marcado un antes y un después en el desarrollo multidisciplinario de nuestra población y de nuestras instituciones. Monseñor Fabio Mamerto Rivas y Monseñor Rafael Leónidas Felipe Núñez han sido verdaderos ejemplos de integración comunitaria, de sensibilidad social, de realizaciones positivas extraordinarias y de visión de futuro.
Están a la vista los proyectos desarrollados y los que aún están pendientes de desarrollar, que todos y cada uno de los que se sumen a esta conmemoración irán detallando. En nuestro caso el acercamiento más cercano lo tuvimos con Monseñor Rivas en el verano de 1990 y años siguientes, cuando fundamos la Unidad Regional de Salud Mental Comunitaria con sede en el Hospit! al Regional Jaime Mota, en ese momento bajo nuestra primera dirección.
Solo nos resta pedirle al Dios Todopoderoso que continúe fortaleciendo a esta noble institución religiosa, externarles nuestras más sinceras felicitaciones a Monseñor Felipe Núñez y a Monseñor Rivas por sus invaluables aportes, por su defensa y lucha por superar las grandes inequidades que nos caracterizan, por movilizar cielo tierra para obtener del superior gobierno, y de organismos internacionales, los recursos necesarios que poco a poco han venido saldando la gran deuda social acumulada. Que la perennidad los acompañe siempre.
Fuente original: OPINION: Diócesis de Barahona, un antes y un después.