WASHINGTON. El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, advirtió hoy de que un cierre parcial del Gobierno por falta de fondos esta medianoche "trabará los engranajes" de la economía del país en un momento clave para la recuperación, a no ser que el Congreso lo evite.
En una comparecencia ante la prensa en la Casa Blanca, Obama subrayó que los "cientos de miles" de funcionarios que se verán afectados por un cierre temporal del Gobierno "son los clientes de todos los negocios de este país".
"Y se verán gravemente afectados, y como consecuencia todos nosotros lo estaremos si el Congreso escoge cerrar el Gobierno del pueblo", alertó.
"(Un cierre del Gobierno) trabaría los engranajes de nuestra economía en un momento en que esos engranajes han ganado algo de tracción", subrayó el mandatario.
Recordó que hace cinco años, la economía estadounidense acababa de entrar en crisis, y hoy los negocios del país "han creado siete millones y medio de empleos nuevos en los últimos tres años y medio", mientras que "el mercado inmobiliario está mejorando y los déficit están cayendo rápidamente".
"La idea de poner en riesgo un progreso que le ha costado tanto lograr al pueblo estadounidense está en la cumbre de la irresponsabilidad, y no tiene que ocurrir", indicó.
"Déjenme repetir: no tiene que ocurrir", reiteró. "Todo esto es enteramente evitable si la Cámara de Representantes elige hacer lo que el Senado ya ha hecho: el simple acto de financiar nuestro Gobierno sin hacer demandas controvertidas y no pertinentes en el proceso", agregó.
Los republicanos de la Cámara baja se encuentran ya en su tercer intento de atacar la reforma sanitaria de 2010 a través del debate sobre el presupuesto, lo que ha evitado hasta ahora que haya un acuerdo para seguir financiando todas las actividades del Gobierno a partir de esta medianoche, cuando termina el año fiscal.
Se espera que el pleno de la Cámara considere esta tarde un nuevo plan de los republicanos que evitaría el cierre, pero retrasaría durante un año la entrada en vigor de la piedra angular de la reforma sanitaria, algo que los demócratas no aceptarán.
Obama delineó hoy cómo afectará el cierre del Gobierno a la vida cotidiana de los estadounidenses: dejó claro que el programa de seguridad social (pensiones) y el de seguros de salud Medicare seguirán en marcha, y continuará entregándose el correo.
"Se mantendrán las operaciones relacionadas con la seguridad nacional y la seguridad pública", destacó, y explicó que los militares, los controladores aéreos, los guardias de prisiones y los agentes de patrulla fronteriza "seguirán en sus puestos, pero sus nóminas se retrasarán hasta que el Gobierno reabra".
En cambio, sí cerrarán "los edificios de oficinas" federales, y con ellos muchos de sus servicios "vitales", mientras que "los empresarios verán retrasos al pedir un préstamo de capital, pedir permisos de infraestructura o reconstruir tras el huracán Sandy", que golpeó la costa este del país en octubre de 2012, apuntó.
Cerrarán, además, todos los parques nacionales y monumentos, lo que impactará en los turistas "y los pequeños negocios que dependen de ellos para su vida", añadió.
El mandatario recordó que el Gobierno federal es "el empleador más grande de los Estados Unidos, con más de dos millones de empleados civiles y 1,4 millones de militares".
En una comparecencia ante la prensa en la Casa Blanca, Obama subrayó que los "cientos de miles" de funcionarios que se verán afectados por un cierre temporal del Gobierno "son los clientes de todos los negocios de este país".
"Y se verán gravemente afectados, y como consecuencia todos nosotros lo estaremos si el Congreso escoge cerrar el Gobierno del pueblo", alertó.
"(Un cierre del Gobierno) trabaría los engranajes de nuestra economía en un momento en que esos engranajes han ganado algo de tracción", subrayó el mandatario.
Recordó que hace cinco años, la economía estadounidense acababa de entrar en crisis, y hoy los negocios del país "han creado siete millones y medio de empleos nuevos en los últimos tres años y medio", mientras que "el mercado inmobiliario está mejorando y los déficit están cayendo rápidamente".
"La idea de poner en riesgo un progreso que le ha costado tanto lograr al pueblo estadounidense está en la cumbre de la irresponsabilidad, y no tiene que ocurrir", indicó.
"Déjenme repetir: no tiene que ocurrir", reiteró. "Todo esto es enteramente evitable si la Cámara de Representantes elige hacer lo que el Senado ya ha hecho: el simple acto de financiar nuestro Gobierno sin hacer demandas controvertidas y no pertinentes en el proceso", agregó.
Los republicanos de la Cámara baja se encuentran ya en su tercer intento de atacar la reforma sanitaria de 2010 a través del debate sobre el presupuesto, lo que ha evitado hasta ahora que haya un acuerdo para seguir financiando todas las actividades del Gobierno a partir de esta medianoche, cuando termina el año fiscal.
Se espera que el pleno de la Cámara considere esta tarde un nuevo plan de los republicanos que evitaría el cierre, pero retrasaría durante un año la entrada en vigor de la piedra angular de la reforma sanitaria, algo que los demócratas no aceptarán.
Obama delineó hoy cómo afectará el cierre del Gobierno a la vida cotidiana de los estadounidenses: dejó claro que el programa de seguridad social (pensiones) y el de seguros de salud Medicare seguirán en marcha, y continuará entregándose el correo.
"Se mantendrán las operaciones relacionadas con la seguridad nacional y la seguridad pública", destacó, y explicó que los militares, los controladores aéreos, los guardias de prisiones y los agentes de patrulla fronteriza "seguirán en sus puestos, pero sus nóminas se retrasarán hasta que el Gobierno reabra".
En cambio, sí cerrarán "los edificios de oficinas" federales, y con ellos muchos de sus servicios "vitales", mientras que "los empresarios verán retrasos al pedir un préstamo de capital, pedir permisos de infraestructura o reconstruir tras el huracán Sandy", que golpeó la costa este del país en octubre de 2012, apuntó.
Cerrarán, además, todos los parques nacionales y monumentos, lo que impactará en los turistas "y los pequeños negocios que dependen de ellos para su vida", añadió.
El mandatario recordó que el Gobierno federal es "el empleador más grande de los Estados Unidos, con más de dos millones de empleados civiles y 1,4 millones de militares".
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